Los tendones que flexionan los dedos discurren por una especie de “túneles” formados por POLEAS que los mantienen cerca del esqueleto para que puedan realizar su función. Bien por un engrosamiento del tendón o por un estrechamiento de las poleas, la normal excursión del tendón por éstas se ve alterada provocando un chasquido al intentar extender el dedo; es lo que llamamos DEDO EN RESORTE.

El diagnóstico es eminentemente clínico y no suele hacer falta ninguna prueba complementaria para su diagnóstico.

Mediante una pequeña incisión de aproximadamente 1 centímetro, se realiza la apertura de la polea que provoca la alteración para que el tendón vuelva a discurrir con normalidad.

Tras la cirugía, los paciente no suelen requerir tratamiento por parte de fisioterapia aunque a veces, en especial en aquellos casos recidivantes y de larga evolución sí tendrán que someterse a un programa de fisioterapia para recuperar el balance articular pasivo y activo de las articulaciones del dedo que estaban afectadas y para el tratamiento de la cicatriz.

Imagen intraoperatoria de cirugía de liberación de tendones flexores del 3er dedo tras la apertura de la polea A1 para tratar dedo en resorte.

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