El nervio TIBIAL, en líneas generales, es el responsable de conducir el impulso nervioso hacia los MÚSCULOS GEMELOS, SOLEO Y FLEXORES LARGOS DE LOS DEDOS Y HALLUX. Contribuye a la formación del nervio SURAL. Cuando pasa por el anillo del sóleo pasa a denominarse NERVIO TIBIAL POSTERIOR. Sus ramas terminales inervan la musculatura intrínseca del pie y conducen la información SENSITIVA de la planta del pie y de los dedos.
La lesión del nervio TIBIAL POSTERIOR conllevará en mayor o en menor medida la pérdida de las funciones propias de este nervio, lo que se traduce en la falta de movimiento en sus músculos tributarios.
Una de las causas más frecuentes de lesión del nervio TIBIAL POSTERIOR es su compresión en el tobillo, en concreto en la región retromaleolar interna como consecuencia de procesos inflamatorios en los tendones que discurren con él en esta localización o por la presencia de varices en las venas que acompañan a la arteria tibial posterior. En estos casos, la descompresión del nervio suele ser suficiente mediante la realización de una NEUROLISIS.
En ocasiones puede ser complejo determinar en qué medida el nervio se encuentra dañado; en estos casos, salvo que exista evidencia clara de lesión (corte, tumores, lesión yatrógena documentada…), el cirujano esperará un tiempo hasta comprobar que no se restablece la conducción nerviosa de forma espontánea antes de establecer la indicación quirúrgica. En la CIRUGIA del NERVIO TIBIAL POSTERIOR en ocasiones puede bastar con realizar la limpieza del tejido cicatricial que ha provocado la lesión y que comprime al nervio mediante una NEUROLISIS. Otras veces es necesario recurrir a INJERTOS NERVIOSOS (generalmente del nervio sural) para restablecer la continuidad del nervio una vez resecada la zona lesionada.
Si la lesión del nervio no se trata e incluso en algunos casos en los que ha sido tratada correctamente, pueden aparecer secuelas. La rigidez de las articulaciones paralizadas puede prevenirse y tratarse mediante FISIOTERAPIA específica. Si con fisioterapia no fuera suficiente, se puede recurrir a la liberación de la articulación mediante una ARTROLISIS. Otra secuela es la ausencia de función del nervio en aquellos casos no tratados aunque también se puede producir en los casos en los que se ha realizado una cirugía de la lesión nerviosa correctamente. En estos casos la CIRUGIA del NERVIO TIBIAL POSTERIOR consistirá en la realización de TRANSFERENCIAS TENDINOSAS, OSTEOTOMÍAS o ARTRODESIS de articulaciones en el pie.